Un título como La mente o la vida puede sugerir una dicotomía quizás excesivamente drástica, pues insinúa que ambas cosas (pensar y vivir) son incompatibles. Es cierto que esto no siempre es así, pero, por desgracia, para muchas personas acaba siendo una completa realidad. En ocasiones, nos enredamos de tal manera en nuestros pensamientos y juzgamos, valoramos e interpretamos tanto las cosas, que nos impide disfrutar de las satisfacciones mundanas y valorar cabalmente la magnitud de los sucesos desgraciados a los que todos estamos expuestos.
Pero este libro no enseña a vivir y no da recetas para alcanzar la “tranquilidad de espíritu”. Hoy en día está de moda la felicidad rápida de manual. Es una nueva versión del timo de la estampita. El pobre anthropos, el pobre mono evolucionado, agobiado con las letras de la hipoteca, angustiado con una biopsia que tal vez sea maligna, disgustado con su madre política, abrumado con una posible “jubilación anticipada” y, encima, desilusionado con su equipo de fútbol que baja a segunda, se topa por doquier con multitud de libros que le adelantan que, si los compra y los lee, inevitablemente va a ser feliz. La publicidad se atreve a todo. No tiene rubor en patrocinar el mayor de los sinsentidos.
En definitiva, un libro de interés para psiquiatras y psicólogos, para eruditos, para pacientes y para lectores que deseen un mundo con algo más que telebasura.
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